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SEÑORA ROSA MARCANO:

  • Amador Millán Gil
  • 24 abr 2017
  • 2 Min. de lectura


En mi bello pueblo de Casanay vivía la señora ROSA MARCANO, donde a uno de sus hijos lo llamaban "VISICO", sus condiciones muy popular, creció siendo siempre una bella persona, después se fueron a vivir para la ciudad de Caracas, cuando algún Casanayero iba a dicha ciudad, lo primero que hacían era ir a verlos, por sus condiciones muy hermosas y cariñosa en su modo de tratar. Recuerdo cuando en mi niñez vivían en Casanay, cuando todo era barato con una locha, de doce céntimos y medio, cinco artículos se podían comprar y por consecuencias del hambre que llamaron LA VENÁ, la gente tenía poco dinero para en las bodegas comprar, la señora ROSA, era una artista para controlar su compra y con una sola locha cinco artículos podía comprar y con la ñapa de papelón, redondeaba seis artículos y su hijo VISICO seis artículos sabía traer. El muchachito era muy cómico, echaba bromas, se reía, era en todo popular, le preguntaba el que atendía, ¿mira que vas a llevar? y él se echaba para atrás y sacaba un papelito ya le voy a explicar, ¡a ver!, me das medio centavo de sal, medio centavo de jabón, medio centavo de ajo, medio centavo de cebolla, medio centavo de pimienta y la ñapa de papelón, y le dice el dependiente: Mijo, ya yo lo sabía, lo que tu venías a comprar, en tu cara lo decía, no tienes nada de pendejo, pero sí de un vivito muy popular. Una anécdota: en Casanay había un señor de nombre: ESTEBAN CAMPOS, era un señor muy correcto, siempre cargaba un mandador y cuan un muchacho pasaba junto a él, le mandaba un cuerazo, que con razón o sin razón al niño le pegaba, los padres no decían nada, porque sabían que él era correcto y cuando se lo dio, se imaginaban que el señor Esteban tenía toda la razón y no reclamaban nada. Una vez la señora "Rosa Marcano" se le acercó, y le dijo: señor Esteban, si mi hijo "visico", si usted ve que comete una bellacada, métale un cuerazo que yo no me voy a molestar, y sucede que con esta orden el señor Esteban, no podía ver al niño, cada vez que lo veía le metía un cuerazo, cuando la señora Rosa se dio cuenta, se acerco a don Esteban, y le dijo, no le pegue más, que mi hijo "visico" se compuso, ya es obediente demás.


Amador Millán Gil Cumaná, 24 de abril de 2017

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